16 enero 2023
Las adaptaciones de videojuegos a películas o series de televisión no suelen ser reconocidas como obras de arte.
En el mejor de los casos se tratan de buenas producciones de entretenimiento para la familia como ha sido en la última década con Sonic The Hedgehog (“Sonic, la película”) y “Pokémon: Detective Pikachu”.
En el peor, el género se ha visto definido por una cadena de producciones mediocres y fracasos imposibles de ver.
Se trata de un desafío que tiende a ser doblemente difícil.
Los videojuegos en sí mismos, si bien son capaces de contar historias convincentes en sus propios términos, no suelen trasladarse naturalmente a películas o programas de televisión.